Por razones evidentes de organización y seguridad, el establecimiento autoriza a los furgones a ingresar al colegio para tomar o dejar a los alumnos.Por consiguiente, le corresponde también a los apoderados verificar, controlar y conocer las condiciones de transporte de sus hijos.
Esta responsabilidad de las familias debe ser la de consumidores conscientes que deben mantenerse alertas y controlar las condiciones de realización de la prestación sobre todo porque se trata de niños a veces muy pequeños.
El personal del colegio y del Ministerio de Transportes establecieron un plan de acción y de supervisión. Este plan tiene por objetivo controlar a todos los vehículos, los elementos de señalización y de seguridad, las condiciones de transporte, la cantidad de alumnos transportados, las horas de llegada y el respeto en el uso de los cinturones de seguridad. Nuestros servicios revisan también el estado de los neumáticos. Los atrasos deben ser excepcionales y justificados. Consideramos que los alumnos transportados deben tener tiempo de encontrarse con sus compañeros antes del inicio de las clases y no estar « estresados » por llegar tarde.
En el caso de los alumnos más pequeños, las auxiliares de párvulos se hacen cargo al interior del colegio al momento de subir o bajar del bus.En el caso de los más grandes, los conductores deben obligatoriamente asegurar la apertura y cierre de los buses. Los desperfectos mecánicos de los vehículos, los excesos de velocidad y la conducción peligrosa deben sernos informados. Si es necesario, contactaremos inmediatamente a las empresas y tomaremos las medidas que impone la seguridad de los alumnos.Recordamos sin embargo, que la responsabilidad de los padres no se ve disminuida: solicitamos la vigilancia de todos. Si su hijo utiliza el transporte escolar y usted observa alguna anomalía, es primordial que usted la comunique al colegio.